MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- En medio del drama por el asesinato de 27 personas en una escuela de Connecticut, la historia de una heroína dio otra dimensión a la tragedia.
La maestra Victoria Soto, quien tenía cinco años impartiendo clases en el centro escolar Sandy Hook, fue una de las víctimas de la matanza en la primaria.
De acuerdo con testimonios, Soto se dio cuenta inmediatamente de que alguien estaba disparando indiscriminadamente a la gente en el salón de al lado.
La profesora de 27 años reaccionó e intentó tranquilizar a los 17 pequeños estudiantes de su clase y les pidió que se escondieran en los armarios porque los ruidos que escuchaban formaban parte de un juego.
Además, les hizo creer que formaban parte de ese juego y que para ganar tendrían que esconderse todos y permanecer en silencio. Los alumnos la obedecieron.
Cuando los niños se encontraban escondidos, el asesino Adam Lanza apareció por la puerta de la sala y se encontró de frente con Victoria. Ella, según trascendió, le dijo al asesino que los alumnos “estaban en clase de gimnasia” y que el aula estaba vacía. Luego se abalanzó sobre él pero fue abatida por las balas.
Sus amigos la describen como una joven “cariñosa, sonriente, guapa y simpática”. Además, su familia asegura que “adoraba a sus pequeños como si fueran sus hijos”. Por lo sucedido, la afirmación no es una exageración.
La familia de Vicky, como era conocida por sus amigos y parientes, dice que “el dolor se consuela al saber que ella tuvo un comportamiento tan valiente”.
Este sábado las autoridades difundieron la lista completa de víctimas. Entre ellas se encuentran 16 niños de seis años, cuatro de siete años, la directora de la escuela, un psicólogo y cuatro profesores de primer grado.
El forense explicó que todos los cuerpos presentaban entre 3 y 11 impactos de bala, por lo que el asesino se aseguró de que acabaran muertos.
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