martes, 3 de julio de 2012

La profesionalización del instructor de Aikido

Una de las cosas que me llaman la atención al ver el registro videográfico de Ueshiba es el virtuosísimo del Aikido moderno, comparado con el original.


La famosa practica filmada por NHK consiste en técnica básica ejecutada con una contundencia terrible, pero sencilla y sin adorno alguno. En cambio, en la actualidad, los instructores de jerarquía muestran un refinamiento y elaboración técnica que no es aparente en los videos antiguos. Esta situación es una consecuencia natural de la profesionalización del instructor de Aikido, con todo lo que implica.

La profesionalización del instructor de Aikido era un tema controversial con los alumnos del Maestro, de los cuales por cierto ya no queda nadie, todos han muerto. Shirata, por ejemplo, aseveraba claramente que el instructor de Aikido debe ganarse su pan afuera de la enseñanza del camino. Que el enseñar es simplemente parte del proceso de aprender y comercializar el arte es comprometer su esencia. Por otro lado, los que fueron mandados al extranjero a evangelizar, en términos prácticos no tenían otra opción a vivir de su enseñanza.

Cuando estuve en Japón, mi instructor era un empleado del ferrocarril, y así todos los instructores locales; taxistas, ingeniero en sistemas, mecánico, ferretero. No conocí ningún instructor profesional con la excepción de los funcionarios de la Asociación, que en cierta forma confirmaban la regla, ya que su trabajo profesional era más bien administrativo y logístico, como es natural.

En México, el ambiente es totalmente distinto. El amateurismo en la práctica del Aikido, en forma o esencia, no es aparente, y la gente habla y se preocupa del concepto de linaje técnico. Recuerdo cuando regrese y empecé el club del ITESM. Un de los que llegaron me pregunto quien era el instructor, a lo que le conteste que no había y que la idea era aprender juntos. Se fue inmediatamente. Otro me pregunto retadoramente que quien era mi instructor. Lo cual me pareció muy extraño. ¿Pretendía el tipo conocer a todos los instructores del mundo? Le conteste que el Sr. Gohara, lo cual le sorprendió muchísimo al inquisidor. Me dijo con verdadera sorpresa que no sabía quien era. Entendí entonces que su expectativa era la mención de algún instructor profesional establecido.

El maestro Gohara vino a México y practico con nosotros por unos meses. Después de que se fue vinieron los Moreno y nos dieron un seminario. La técnica del maestro Gohara era sencilla y la de los Moreno barroca y espectacular. El maestro Gohara aplicaba su técnica de manera suave y gradual, adaptándose a la capacidad de uke de recibir la técnica. El Maestro Moreno invariablemente ejecutaba su técnica de manera rigurosa y con mucha fuerza, a veces rayando en la brusquedad. Uno de los alumnos percibió la situación de esta manera: El interés del maestro Gohara era que nosotros aprendiéramos, el de los Moreno verse bien.


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