martes, 21 de octubre de 2014

la mala circulación sanguínea

La enfermedad arterial oclusiva incluye la enfermedad de las arterias coronarias, que puede provocar un infarto, y la enfermedad arterial periférica, que afecta a la aorta abdominal y sus principales ramificaciones, así como las arterias de las piernas. Otras enfermedades vasculares periféricas son la enfermedad de Buerger, la enfermedad de Raynaud y la acrocianosis.
Obstrucción de la irrigación del hígado
Obstrucción de la irrigación intestinal 
La arteria mesentérica superior irriga gran parte del intestino. Cuando esta arteria se obstruye, el tejido intestinal inicia un proceso de degeneración hasta destruirse.
Las personas con enfermedad arterial periférica tienen habitualmente aterosclerosis, una enfermedad en la cual la grasa se acumula debajo del revestimiento de la pared arterial y estrecha gradualmente la arteria. Sin embargo, una oclusión arterial parcial o completa puede ser el resultado de otras causas, como un coágulo sanguíneo. Cuando se produce el estrechamiento de una arteria, las partes del organismo que irriga reciben un flujo sanguíneo insuficiente. La consiguiente disminución de la provisión de oxígeno (isquemia) puede manifestarse súbitamente (isquemia aguda) o de forma gradual (isquemia crónica).
Para ayudar a prevenir la enfermedad arterial periférica, se debe reducir el número de factores de riesgo de la aterosclerosis, como el hábito de fumar, la obesidad, la hipertensión y los valores altos de colesterol. Otra de las causas principales de enfermedad arterial periférica es la diabetes, por lo que un tratamiento adecuado de la misma puede retrasar el desarrollo de la enfermedad arterial. Una vez que la enfermedad arterial periférica se manifiesta, el principal objetivo es el tratamiento de las complicaciones (calambres en las piernas al caminar, angina de pecho, arritmias, insuficiencia cardíaca, infarto, ictus e insuficiencia renal).

Si crees que ha llegado el momento de ponerle remedio a la mala circulación sanguínea toma nota de nuestros consejos:

  • Hacer ejercicio: para que la sangre circule es fundamental el ejercicio y el movimiento. Reactiva la circulación de tus piernas dedicando al menos 30 minutos al día a caminar, correr, nadar y montar en bicicleta.
  • Estiramientos por la mañana: lo primero que debes hacer antes de levantarte por las mañanas es estirar todos los músculos de tu cuerpo. Hacerlo ayudará a activarte después de varias horas de descanso e inactividad.
  • Terminar las duchas con agua fría: no es necesario que te duches con agua fría, con los instantes finales ya es suficiente para que tu sangre fluya de la manera adecuada. Además, al salir de la ducha te sentirás mucho más relajada.
  • En el trabajo: si tu empleo te obliga a pasar muchas horas en una silla debes moverte al menos unos minutos cada hora y mantener los pies elevados de vez en cuando. Si notas pequeños calambres en las piernas levántate y camino durante un rato hasta que se te pase.
  • Evitar la ropa estrecha: presionar las piernas o la cintura con unos pantalones demasiado ajustados empeora considerablemente tu circulación. Tenlo en cuenta a la hora de comprarte ropa e intenta buscar aquellas con las que tengas más flexibilidad.
  • Beber mucha agua: para poder eliminar todos los líquidos que te sobran es necesario beber mucha agua. Se aconseja beber al menos 2 litros de agua al día para poder notar sus beneficios y mejorar en calidad de vida.
  • Comer menos carne: no debe desaparecer de tu dieta, pero tampoco se puede convertir en la base de tu alimentación. La carne contiene grasas animales que generan residuos indeseables en tu cuerpo. Aprende a controlar las cantidades de carne que comes a la semana.
  • Cuidado con la sal: la ingesta excesiva de sodio empeora tu circulación sanguínea. Se recomienda usar siempre sal marina ya que es menos perjudicial.
  • Potasio: en cambio, el potasio ayuda a eliminar el exceso de líquidos en tu cuerpo. Entre los alimentos ricos en potasio se encuentran el arroz integral, los cereales integrales, el germen de trigo, el aguacate, todas las frutas frescas, las ciruelas o las pasas.
  • Vitamina E: para una mejor circulación sanguínea es fundamental que los alimentos con vitamina E estén muy presentes en tu dieta. Algunos de ellos son los cacahuetes, las olivas, el salmón, el atún, la ternera, los huevos, el pollo y todos los derivados de la leche.
  • Otros alimentos beneficiosos: el aceite de oliva, las nueces, la miel, las hortalizas y las verduras también ayudan a mejorar tu circulación sanguínea. En cuanto a la dieta, debemos incluir alimentos ricos en magnesio, calcio, vitaminas E, K y C. Por otra parte, los alimentos picantes como la cayena, curry, canela, pimienta pueden aumentar la frecuencia cardíaca, de forma que fluya más sangre a los pies. Además, debemos evitar los productos lácteos, ya que aumentan esta sensación de frío , y la cafeína , que comprime los vasos sanguíneos. La deshidratación también puede enfriar los pies, por lo que el consumo regular de agua será beneficioso.